Barquitos de papel



Con esta imagen terminamos la primera parte de los encuentros de capacitación que me pidieron realizar a funcionarios que trabajan en atención al público. 



No encallaron, no se fueron a pique, ni se rompieron. Se mantuvieron a flote, orgullosos, igual que los grupos que los hicieron. Y nos demostraron que cuando nos unimos los resultados son más efectivos y el proceso es más acogedor y entretenido...aunque sólo se trate de algo tan simple como un barquito de papel.

También nos demostraron que no siempre contamos con muchos recursos o con los más adecuados, pero hay veces en que con pocos elementos, pero con voluntad e iniciativa es posible concretar ideas y entonces hay veces que mejor conviene ser propositivo, hacerse escuchar y escuchar al otro; integrar, más que excluir; respetar al otro que puede ser distinto a uno, porque siempre cuando respetemos e incluyamos obtendremos más beneficios que inconvenientes.

Seguramente nada nuevo, pero cuando justamente de eso se trata el problema instalado y afecta a todo un sistema laboral, se vuelve imperante abordarlo e invitar a la reflexión de los protagonistas.

Esto  me ha tenido muy ocupada, pero creo que ha valido la pena.  Abordamos muchos temas y como siempre me pasa, me queda la sensación que he recibido tanto o más de lo que entregué...esta vez en mi cabeza me han quedado rondando las ideas "vocación" y "discurso". Pero eso queda para otra entrada y hasta quien sabe para un tema que pueda abordar en mi programa de radio.

Melancolía de otoño

Por acá el sol nos sigue golpeando fuerte; cual verano...aún así el otoño ya está mostrando su entrada de temporada.

Taller de Kamishibai

¡CONFIRMADO!

Inicio mi taller de teatro de papel: "Kamishibai"

 el lunes 26 de Marzo a las 18:00 hrs en Casa de la Cultura de la ciudad.

Ojalá  se arme un grupo lindo para que podamos hacer de la lectura un espacio divertido y creativo.

Por mi parte los esperaré con una presentación personal de algunas obras; para que vean de qué se trata este mundo del teatro de papel.

(Esto me llena de ilusión y es de las cosas que mi corazón me pide hacer).

Duda

Mi problema actual no es cómo compatibilizar los espacios, los tiempos ni las actividades...mi problema actual es cómo aprender a decidir hacer sólo lo que mi corazón me pide.

Atrapa sueños



¡Cuánta gente querida pasa
 y pasará por nuestras vidas
marcando momentos y tiempos
 que los harán aún más fundamentales!



Recuerdo que me invitabas a tomar café y nos acomodábamos en el balcón; en  tus sillas de mimbre; para ver al mundo pequeño desde el noveno piso.  Una mantita para cubrir tu espalda, de esas coloridas que había tejido alguien de tu familia muchos años atrás y una incesante rueda de pequeños circulitos que salían por tu boca mientras me comentabas los sueños que te daban miedo; porque era mejor que las primeras horas se los llevaran; según nos había contado la Machi Dominga.  El olor a nicotina se nos pegaba en las yemas de los dedos y eso tal vez nos hacía adicta a los cigarrillos conversados junto a una taza de café.

Pero el invierno caló hondo en los huesos, el verano incendió el espíritu y un día descubrimos los restos de unos sueños contados y  unas palabras mal dichas.

Los años pasaron volando, las distancias terminaron perdiéndonos y ahora frente a  mi ventana de un primer piso, te pienso y te encuentro en los escombros que conservé hasta ahora.  

Revuelvo mi taza de te (porque el tiempo desgastó mi gusto por la cafeína), con olor a especias en los dedos (porque cocino para mi familia),  con deseos algunos modificados y arrugas cerca de mis ojos (porque los años no pasan en vano) y entonces viéndome tras el reflejo del vidrio medio empolvado por el viento que se desató en la mañana; pensé en tus deseos; los que habrás concretado, los que habrás olvidado y pensé también en las veces que nos prometimos amistad para siempre y el para siempre no era eterno.  

Tarareando una canción

Hacía tiempo que el paisaje no me sorprendía bellamente...

...hasta hoy, que vi una escala musical en el cielo.

La inspiración semanal

Mañana en el programa de radio hablaremos del "síndrome del nido vacío"...y el disparador fue mi experiencia con Guillo en la escuelita, verlo hacerse independiente en esos cotidianos actos y en sociedad con otros y toooodo lo que eso significa.

Me hizo pensar en el futuro, en el mío, en el de nuestra familia y en el suyo y  a la vez imaginar a una madre con sensaciones encontradas, con vacíos internos y sin sentidos luego que sus hijos siguen sus propios caminos.

"LA PENA DE MI VIDA" contará en unos minutos, la sensación de esa madre que ve su casa inmensa, que se pierde en los pasillos, en las habitaciones ahora vacías; de los hijos que se fueron de casa...esa mujer que queda con su marido y entonces se llena de miedos y de preguntas: ¿Y si no vienen a visitarme? ¿Y cómo seguir viviendo? ¿habrán recetas para no extrañar, para no sentir el vacío en el pecho?





 "...Tal vez yo sea egoísta sabés, porque no pienso en después.  ¡Pero es que ahora la casa me queda grande! ahora la pena me aprieta el pecho y con el viejo nos miramos en silencio por las tardes sentados en la mesa grande..." (En "LA PENA DE MI VIDA" obra para radio teatro).



Hola jardín!

Con Guillo hemos estado viviendo nuevas experiencias...tan nuevas y únicas para ambos, que nos ha hecho más cómplices también. 

Puede que para muchos, asistir al jardín sea una  cosa tan simple y natural y para otros toda una revolución familiar.  

En nuestro caso, no ha producido un revuelo familiar, pero si un cambio importante en nuestros hábitos cotidianos (los míos y los de Guillo).  Ahora nos levantamos más temprano ¡y salimos ya de tempranito!, eso es un evento que hasta ahora se ve divertido.  ¡Y no vamos a cualquier lugar! vamos a "la escuelita" a ver a "los chicos" y a la "señorita Verónica".  Además llevamos la mochila nueva y un delantal, aunque...mamá no tiene uno. 

Por ahora, jugar, jugar no lo hacemos mucho, es que hay que habituarse, pero a la señorita le gusta cantar mucho y parece divertida. 

Al trencito, aún no le damos con el ritmo, pero tímidamente nos tomamos del hombro del compañerito.

Hay unas mesas y sillas pequeñitas, ¿pero... y los lápices para dibujar?...¡aún la señorita no nos da lápices!

¡El tiempo se nos pasa volando! una hora de "adaptación" por ahora, para ir conociendo a los compañeros, a la señorita y la sala.  Todo está perfecto...a menos que mamá desaparezca.

Me llena de ternura mi pequeño.  Siempre he pensado que este proceso puede ser tan difícil para él como para mi (sin duda que muchas mamás me comprenderían).  No quiero que lo traten mal, que se pelee con los compañeritos, que le peleen a él, que se sienta solo, triste o mal...¡si, si!, mis inseguridades, mis miedos, mi sobre protección, lo sé, pero en ningún caso se lo transmito, pero lo pienso, claro.  

Lo veo crecer en esos detalles diarios; en casa o cuando salimos se porta mal algunas veces y tengo que llamarle la atención, cada día se muestra más autónomo, más decidido, pero ahí sentado en la sillita con su delantal y medio tímido me llena de dulzura...¡hay!¡hay! que no sea difícil el despegue.Que salga todo lindo.

Mejor...confiá

Finalmente el programa de radio; pensado como piloto que duraría dos meses (noviembre-diciembre) no se detuvo; hemos estado en pie cada sábado en un viaje radial distinto por una hora y Vero ya es parte estable que me acompaña en el radio teatro y en los comentarios finales.

Hoy hablamos de la confianza y de eso entonces se trató la obra que escribí:

"Mejor...desconfiá": Luisa condicionada por la crianza que le dio su tía Beatriz, desconfiaba de todos los hombres, impidiendo sostener una relación verdadera...pero conoció a Tomás, un joven que se instaló con una  relojería al lado de la boutique que ella atendía...

BEATRIZ: ¡Pero nunca, nunca les creas ni una sola palabra!, porque en cuanto aparezca una mejor que vos, te desechan como un trapo viejo y se olvidan de todas las promesas que te hicieron...

El estar pensando en el tema me hizo notar que en verdad confiar es más difícil de lo que uno puede sospechar; pero que sin lugar a dudas el hacerlo nos hace personas más felices, más sinceras, menos paranoicas, a pesar de lo que en el futuro pueda suceder...

Como siempre sostengo: claves o recetas exclusivas en las relaciones humanas no sé si existen, pero sí pienso que lo ideal es que construyamos relaciones verdaderas, de afecto verdadero, de palabras verdaderas, de deseos verdaderos; así seguramente sentiremos las ganas ciertas de compartir nuestras alegrías y nuestras penas con esos afectos sinceros.

Ojalá pudiéramos confiar más y desconfiar menos.