viernes, 15 de diciembre de 2017

...

Me gusta prestar atención a los pequeños detalles; los que arriesgan pasar desapercibidos y olvidados.
En una casa por ejemplo, me gusta fijar mi atención en los rincones y ver más allá del polvo acumulado o una telaraña rota.
Para mi cada rincón es un contenedor de símbolos. Y por eso me gusta cuidar de ellos con preciado cariño. 
Hay rincones que hablan de la rudeza, del frío, la soledad o la felicidad también. Cuentan sobre quienes los habitan y quienes no. 
Un rincón y sus detalles es una breve historia, a veces compleja, a veces no tanto.


(Un rincón de mi casita en "El jardín". Teatro en miniatura. Lambe-lambe.

No quería dejar que se pase diciembre sin comunicarme con ustedes. 
Muchas gracias, siempre, por la compañía).